domingo, 8 de febrero de 2015

"ARTE POÉTICA"

ARTE POÉTICA
No hay duda que poetas y pintores siempre han sido legítimos señores de fingir y mentir, más que otra gente, lo sé muy bien yodos mutuamente nos pedios y damos este gran privilegio que gozamos. Mas no por eso se nos da licencia de escribir y pintar sin congruencia, de suerte que se junten como amigos dos animales entre sí enemigos, ose tengan cariño verdadero el tigre y el cordero, las aves y serpientes. Suelen ser graves, altos y excelentes muchos exordios, pero ¿en qué consiste? En que cualquier autor su exordio viste con un bello remiendo o porción buena de alguna tela ajena.
Empieza a hurtar de gana: ya pinta el bosque y templo de Diana, ya el inquieto arroyuelo que corre por el suelo, ya el Ródano, ya el Rhin, ya el arco hermoso a quien llamaron iris o lluvioso. Todo eso ahorra no venía al caso,  como si por pintare cruel fracaso de un naufragante triste y afligido, un ciprés me pintaras muy erguido. Formar quiso primero un cántaro de barro el alfarero, y en lugar de esta alhaja, torcido el  molde, sale una tinaja.
Tenga, pues, el poema ordenadas sus partes solo a un tema. También nos engañamos muchos poetas creyendo que acertamos:  la brevedad procuro, y entonces el poema sale oscuro; quiere otro hablar pulido y elegante, pero le falta el nervio y no es constante; habla el otro pomposo, pero le hace su pompa fastidioso.
El que escribe atendiendo a los temores de rígidos censores, que reparan el ápice y a tilde, nunca se eleva y siempre queda humilde.
El que quiere agradar con novedades forja mil falsedades, y pintará a un delfín, si se le apura, de un bosque n  la espesura; y si más le apurares a un jabalí lo pintará en los mares.
Si al deseo de no errar falta artificio, eso mismo es errar, esculpa y vicio.
Horacio, traducción de


Félix María de Samaniego

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